viernes, 4 de julio de 2008

Unos cuantos momentos y yo


Se sumaron todos los ruidos y ya sólo se escuchaba la oquedad que alberga siempre al silencio. No había nada. Tampoco nadie, tal vez ni siquiera yo. El sol estaba a punto de morir, como cada noche, y yo, a punto de salir a tomar una copa, en su memoria. Pero aún perduraba el cadalso que, en honor no sé a qué, parecía prolongarse más de lo habitual, dejando que sus rojos y morados jugasen libremente a ser aurora boreal en la pared.

Sentada en el suelo, para no perder el contacto con la realidad, fumaba, para perderme siguiendo las caprichosas formas que adoptaba el humo, que inevitablemente evocaban en mi mente ángulos imprudentes que nombres para siempre ya ausentes habían dibujado sobre el colchón.

Y ahí estábamos, una vez más, perdidos entre cóncavos y convexos, yo y unos cuantos momentos, entendiendo que las cosas ya no son lo que eran, pero que son lo que son.

(Soraya_GG)
(Escuchando una canción casi ya por mí olvidada con la que tropecé hace un par de días gracias a Iraultza, How you see the world, de Coldplay)


5 comentarios:

princesadehojalata dijo...

Hola Soraya! qué bueno que volviste (no me había dado cuanta hasta ahora). Un beso.

Iraultza dijo...

Me encanta esa canción, me gusta esa forma tan deliciosa de describir un momento, un instante, un segundo ...ese último párrafo del texto, grande. Besos cóncavos.

(s_gg) dijo...

Princesa, realmente no sé en qué medida me fui ni en cuál he vuelto. Creo que, como dice el título de una canción de Quique González, llevo un tiempo caminando en círculos. Gracias por pasar por aquí, es siempre un placer.

Iraultza, entonces a mí me quedan los convexos para enviarte...

peter dijo...

no me gusta el humo, me gusta lo que escribes, me gusta coldplay.
Bueno vale, 2 razones contra 1 para estar otra vez por aquí.

(s_gg) dijo...

Peter, jo, cuánto tiempo ha pasado... me alegro de que aunque sea sólo por momentos, breves en su mayoría, todo se parezca a antes.
Una sonrísa enorme.